Ante cualquier pieza artística, elemento de diseño, proyecto web o muestra gráfica nuestro campo de visión se dirige, inevitablemente, hacia un lugar donde predomina la tipografía, la proposición de venta, una ilustración característica o un elemento de interés seleccionado por el director de arte.
En numerosas ocasiones este imperceptible hecho coincide con algún punto de entrada como elemento visual a la hora de comenzar a leer y entender la pieza de diseño on/offline.
En prensa escrita y digital el contenido textual aparece claramente divido por fragmentos, espacios en blanco, sangría, líneas o barras de separación, imágenes, e incluso recuadros de síntesis. Si esto no fuera así (y ya lo hemos asumido sin darnos cuenta) el contenido comprendido por el cuerpo textual sería imposible de seguir y entender en su totalidad.
La propia narración visual de la página invita a que el director de arte, redactor de contenidos, maquetador o diseñador ubique uno o varios puntos de entrada haciendo uso del color, jugando con tamaños o cambios de tipografía.
Titulares, subtítulos, antetítulos, “claims”, “slogans” u otro tipo de elementos de llamada pueden ser empleados a diario en la comunicación gráfica publicitaria como punto de partida.
Existe la creencia de numerosos diseñadores y maquetadores que todos aquellos textos y elementos tipográficos que insertamos en un diseño serán leídos íntegramente por el público, pero en muchas ocasiones el destinatario sólo los recorre con la vista.
Los diseños de las páginas on/offline varían enormemente, incluso de una cultura a otra. No existen reglas absolutas pero sí una serie de patrones de comportamiento del lector que deben ser tenidos en cuenta.
La tendencia en lectura occidental comprende desde la esquina superior izquierda, recorriendo ampliamente la página y finaliza en la esquina superior derecha. Conociendo esas costumbres y tendencias de lectura en diversos países podemos estudiar y organizar la información de nuestra pieza gráfica determinando el orden de importancia de los elementos de la composición.
Dividiendo la pieza en cuadrícula podríamos determinar a través de una línea de seguimiento los puntos de partida, de salida y de continuidad de todos los elementos que intervienen en esa exploración visual.
El diseñador debe sentir en todo momento en dónde colocar los objetos para orientar al lector o el destinatario y conducirlo a un body copy concreto, una imagen, un recurso o un icono de interés.
Tras el punto de entrada, el ritmo juega un papel clave en composición gráfica y web. Tanto los textos, como la composición o la disposición de elementos en diseño guarda relaciones de ritmo. La rapidez o pausa en la lectura de textos dependerá en parte de este elemento.
Al pasar páginas, tanto en formato impreso como online, disminuimos el ritmo para poder captar un mayor número de imágenes, titulares, opiniones, pies, reseñas, artículos o entradillas; y así pasar a la página siguiente.
El control del ritmo puede efectuarse a través de una serie de mecanismos como bloques de color, elementos visuales de importancia, paradas visuales, etc.
Teniendo en cuenta que los cuerpos de texto densos son entendidos como un bloque y no se leen en su totalidad, la mayoría, son percibidos por el público como un elemento pasivo de la que obtienen una impresión general del contenido.
La tipografía a gran tamaño demuestra que únicamente la recorremos con la vista y la más pequeña invita a ser leída. Esa tipografía con mayor número de puntos puede actuar como elemento de entrada y dirigir al espectador hacia una parte concreta de la pieza gráfica u online.
El diseño de páginas on y offline debe ser concebido como una producción de continuidad en serie y no de forma aislada. Tampoco deberíamos optar por un estilo de maquetación diferente para cada página porque el diseño carecería de unidad, coherencia y cohesión. Sin sobrecargar o dominar un área de la composición, el diseñador debe hacer frente a soluciones de comunicación que atiendan al brief con creatividad.
También es posible conocer las reglas en profundidad para saltárselas y crear un nuevo concepto de ritmo en el lector. Elementos unificadores y diferenciadores deben contribuir al flujo o patrón de imágenes y texto por todo el diseño.
En Agencia La Nave estudiamos a diario elementos de composición gráfica y visual empleados en proyectos editoriales, publicitarios y web para que el diseño atienda a una serie de características perceptibles. Recurrir a puntos de entrada, ritmo, silencios, aire o equilibrio deben enriquecer cada vez más nuestro trabajo y servir de garantía de profesionalidad en el buen diseño.