En numerosas ocasiones nos hemos topado con multitud de gráficas, piezas, diseños, anuncios, carteles, promos o vallas que nos han hecho detenernos alguna que otra vez y volver a mirar con otros ojos la composición que teníamos delante.Tras ello, decodificábamos el mensaje. Posteriormente producía en nosotros una sensación de humor, ingenio, sorpresa, enfado o admiración.
Para concluir el proceso nos fijábamos en el cierre, el claim o aquel anunciante que estuviera detrás.
Seguramente esas piezas publicitarias habían cumplido el primer objetivo para el que fueron concebidas: “provocar aquello que no esperábamos”.
Dar la vuelta a los prejuicios, a la realidad, a los tópicos, a la percepción del mundo o a todo aquello que nos rodea era una práctica habitual de numerosos estudios, agencias y departamentos creativos de todo el mundo. Sin embargo, cada vez más nos encontramos con que el “mundo publicitario está más al servicio de la producción de piezas en masa y menos a la generación de pocas, efectivas pero brillantes ideas que refuercen la campaña”.
Numerosos profesionales dedican días o semanas en el proceso de obtención de interesantes ideas.
Poner las cosas boca abajo, mirar el mundo con ojos de un niño, un borracho o un señor de 78 años, sacar fuera lo que acostumbra a ir dentro, colocar lo último lo primero, hacer pequeño lo grande y viceversa, que la belleza parezca fea y al revés, etc. puede facilitar la aparición de ejemplos increíbles de conceptos publicitarios en potencia.
Si extraemos las funcionalidades, características internas y externas, los valores añadidos, el diseño, el packaging o sus ventajas y formulamos sus contrarios podemos llevarnos más de una sorpresa sin antes habernos dado cuenta en su estado habitual.
Lo más importantes es divertirse con aquello que tenemos entre manos: una campaña, una pieza publicitaria, un mensaje institucional, una acción de PLV, una construcción de ambient MK… Todo ello nos dará la pista de que las grandes ideas llegarán en cuestión de tiempo. Recurrir al sexo, al humor, los dobles sentidos, las imitaciones, paradojas o exageraciones pueden ser grandes compañeros de viaje.
Desde Agencia La Nave queremos reforzar el compromiso de sacrificar en ocasiones la producción y ejecución por un período de observación, reflexión y acción, de tal forma que lo estandard se convierta en anecdótico y lo inusual, por una vez, llegue a ser el protagonista de una campaña. “Da la vuelta a todo. Pregúntate por qué y por qué no. Intenta buscar respuestas. Si no las hay, créalas”.