La mesa redonda contó con por Enrique Martín, experto en análisis de audiencias, Francisco Sierra, director de contenidos de Atresmedia y Pablo Romero director de contenidos de YOMVI, que analizaron el estado de la TV 2.0.
En España el consumo de televisión ha variado mucho en los últimos años, aunque todavía estamos muy por detrás de lo que se está haciendo en otros países. De la vieja tele, esa tele única que se veía en familia se pasó a la tele individual dónde cada miembro tenía un televisor propio, de ahí a la televisión bajo demanda y actualmente hemos pasado a la televisión social.
Ahora el espectador decide cuándo y dónde ver los contenidos a la vez que hace uso de una segunda pantalla, es decir tablets, smartphones y portátiles, para compartir y comentar lo que sucede. Según el tipo de contenido se hará un uso diferente de esta segunda pantalla.
Por todo ello las cadenas de televisión han lanzado sus propias aplicaciones como Atresmedia para proporcionar contenido adicional y exclusivo a sus espectadores. De esta manera se producen una serie de anillos digitales de cada programa, con contenidos transmedia que van de una pantalla a otra y así se transforma el consumo de TV lineal en una experiencia completa, dotando de experiencias y tramas que trascienden el mero visionado.
Twitter se ha convertido en el mejor termómetro de la influencia social que tienen las distintas emisiones y el feedback (o insight) que produce sirve para modificar sobre la marcha el desarrollo de los programas en directo. El volumen de tweets varia según el género del programa, así los programas de telerrealidad son los que acaparan mayor cantidad de mensajes y en las series el momento de la publicidad es aprovechado para comentar lo que sucede durante el capítulo.
Por todo esto es importante analizar el impacto que generan en las redes los programas y conseguir así una medición cualitativa, más allá del simple dato cuantitativo de número de espectadores de los programas. Se puede saber al instante si los espectadores están satisfechos con la programación, qué tipo de personas ve cada programa y así poder segmentar los grupos a los que irán dirigidos los bloques publicitarios que se venderán a los anunciantes. Este análisis y gestión de los datos ayuda a tomar decisiones creativas en las producciones permite, por ejemplo, ir matizando y puliendo personajes en las series o qué tertulianos prefieren en un debate y poco a poco ir realizando el programa a la medida de los espectadores.
Desde la llegada de Youtube en 2005, la televisión ha tenido que cambiar su modelo y dejar de dar la espalda a los usuarios, acercándose a ellos y a sus necesidades. Consumimos los programas y videos que nos recomiendan nuestros amigos, no lo que nos dicta una cadena. Los usuarios hacen suyos los programas y es entonces cuando empiezan a hablar de ellos.
Con estos cambios en el consumo derivados del desarrollo tecnológico se ha cambiado el concepto de franja horaria. El concepto de prime time salta por lo aires y la medición de audiencias tradicional se queda atrás, porque no todo el mundo ve los programas en el momento de la emisión sino cuándo, cómo y dónde prefieren.
Es en éste paradigma donde nace el concepto de ZeroTV, gente que ya no ve la televisión en el televisor sino en el resto de dispositivos y en el momento que ellos eligen. Se ha pasado de considerar el televisor como un mueble a pasar a nuestra esfera más íntima, por la cercanía de los dispositivos al individuo. Plataformas como YOMVI de Canal+ se han adaptado a esta nueva forma de consumo televisivo con un servicio de televisión on demand ya popular en otros países desde hace varios años.
En España la televisión conectada tiene todavía un largo camino por recorrer y serán los usuarios los que decidan cómo va a evolucionar en los próximos meses.